Todos necesitamos un descanso reparador y la apnea del sueño puede llegar a perturbarlo seriamente.

¿Qué es la apnea sueño?
Básicamente se trata del cese completo del flujo de aire a los pulmones, en un periodo mínimo de aproximadamente 10 segundos.
El síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) es un trastorno muy frecuente en adultos, que provoca una obstrucción en las vías respiratorias de manera repetida a lo largo del sueño.
En la apnea del sueño los músculos se relajan y obstruyen el flujo del aire disminuyendo la capacidad de oxígeno en sangre.
Esto puede provocar en quien lo sufre despertares a lo largo de la noche con la sensación de ahogo, a su vez, esto da como resultado una fragmentación del sueño con la consecuente reducción y deterioro del descanso nocturno.
Una vez que finaliza la fase de apnea, los músculos recuperan su tono normal, se alivia la obstrucción y se reanuda la respiración.
Esto suele ocurrir habitualmente con un fuerte ronquido (síntoma principal de la apnea).
Esta falta de aire puede repetirse hasta diez veces o más en el periodo de una hora, durante toda la noche.
Trastornos del sueño
Cada vez son más las personas afectadas por algún tipo de alteración que impiden conciliar el sueño generando un descanso efectivo y reparador.
Las apneas del sueño son una causa importante del “sueño no reparador” en la población adulta, ya que estos episodios constantes imposibilitan llegar a las fases del sueño profundo impidiendo la reparación mental y física imprescindibles en el ser humano y también para su salud.
Además, obligan al corazón a bombear más intensamente la sangre cada vez que le falta oxígeno.
A causa de estos despertares transitorios recurrentes puede aparecer los siguientes síntomas:
- Somnolencia diurna, especialmente después de una ingesta o incluso conduciendo.
- Deterioro intelectual
- Pérdida de memoria
- Alteraciones en la personalidad (irritabilidad, mal humor, …)
- Dolor de cabeza
- Problemas cardiovasculares (infarto de miocardio, trastornos del ritmo cardiaco, frecuencia cardiaca baja, elevación de la presión sanguínea, insuficiencia cardiaca…)
- Sequedad de boca
- Impotencia
Tratamiento
Existen diversas opciones terapéuticas para tratar la apnea del sueño, dependiendo de la gravedad que presente el paciente.
Apnea leve
Si se trata de una apnea leve, debería seguir unas simples pautas higiénico-dietéticas:
- Perder peso
La más importante sería perder el exceso de peso.
Este paso aportará mejorías notables, ya que al adelgazar se produce un aumento del calibre de la vía respiratoria. - Cambiar las posturas
La posición es determinante a la hora de dormir en las apneas.
Dormir boca abajo o de lado, ya que dormir boca arriba provoca que la lengua y el paladar blando descansen sobre la faringe, obstruyendo las vías respiratorias. - Intentar respirar por la nariz y no por la boca.
- Evitar fumar, beber alcohol y fármacos con efectos sedantes.
Apnea moderada o grave
Sin embargo, cuando se trata de un grado moderado o grave probablemente necesite la ayuda de una mascarilla nasal de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP).
Esto es una forma de ventilación respiratoria por medio de un dispositivo que insufla aire con una presión suficiente para mantener abiertos los conductos aéreos superiores y evitar el colapso respiratorio y los ronquidos.
Es el tratamiento más efectivo, el uso de estos dispositivos es muy eficaz, ya que ayuda a:
- Eliminar los molestos ronquidos.
- Disminuir la tensión arterial.
- Evitar la somnolencia diurna.
Otro tratamiento alternativo puede ser el uso de dispositivos intraorales.
Aumentan el diámetro de la vía aérea superior al provocar un desplazamiento de la lengua o la mandíbula hacia delante.
Con estos dispositivos conseguimos disminuir considerablemente los ronquidos y apneas obstructivas.
En algunas ocasiones puede llegar a ser necesaria la cirugía.
En aquellos casos en lo que nos responden al uso de los dispositivos comentados anteriormente o que no lo toleren se puede recurrir a la cirugía para asegurar una vía respiratoria abierta.
Entre las más comunes está la Uvulopalatofaringoplastia (UPFP).
Esta intervención ofrece excelentes resultados eliminando los ronquidos, finalizando con éxito en torno al 50 % de los casos.
Consiste en extirpar tejido blando de la parte posterior de la garganta.
Para hacer un adecuado tratamiento de la apnea del sueño es necesario visitar a un neumólogo, especialista de la enfermedad.
También puede ser de gran ayuda descansar en cama articulada ortopédica con el respaldo en posición semifowler (30 – 45º)